Proverbios y cantares
I
El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve.
XV
Busca a tu complementario,
que marcha siempre contigo,
y suele ser tu contrario.
LI
Demos tiempo al tiempo:
para que el vaso rebose
hay que llenarlo primero.
LXVI
Poned atención:
un corazón solitario
no es un corazón.
LXXXIV
Entre las brevas soy blando;
entre las rocas, de piedra.
¡Malo!
LXXXV
¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.
El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve.
XV
Busca a tu complementario,
que marcha siempre contigo,
y suele ser tu contrario.
LI
Demos tiempo al tiempo:
para que el vaso rebose
hay que llenarlo primero.
LXVI
Poned atención:
un corazón solitario
no es un corazón.
LXXXIV
Entre las brevas soy blando;
entre las rocas, de piedra.
¡Malo!
LXXXV
¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.