TÉCNICAS DE LECTURA
¿Cómo afrontar un texto antes, durante y después de la lectura?
¿Tiene título? ¿Presenta fórmulas introductorias o de cierre? ¿Viene firmado?
¿Organiza su contenido en párrafos?
¿Resalta información utilizando negrita, cursivas, subrayados o colores?
¿Presenta fotografías, gráficos, dibujos, esquemas, cuadros aclaratorios, información sintetizada… junto al texto?
Podemos hacernos una idea sobre la intención comunicativa con la que el emisor elabora su mensaje.
Jerarquiza la información distinguiendo ideas principales de las secundarias. Un texto bien redactado destinará un párrafo para cada idea principal. Subrayamos palabras clave.
Si hay más de una, fíjate en los conectores, sirven para marcar la transición de las ideas.
La perspectiva (persona gramatical:1ª, 2ª, 3ª) desde la que el emisor transmite el mensaje es muy importante. Si cambia durante el discurso, también habrá una progresión en las ideas, y por lo tanto, habrá que apuntar su cambio.
Como resultado de las acciones anteriores tenemos un texto dividido en secuencias. Volvemos a leer el texto, pero esta vez nos detenemos cuando llegamos al fin de cada secuencia.
Sintetizamos cada secuencia en una frase.
Ordenamos las ideas si algunas se pueden agrupar y las jerarquizamos. Podemos seguir este modelo:
1-Idea principal
1.1 Idea secundaria
1.2 Idea secundaria
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de la comprensión del texto es saber distinguir la intención comunicativa que lo preside. Al principio de la lectura hemos adelantado una interpretación que hay que verificar ahora.
A la hora de identificarla es necesario saber sobre cuál de estos elementos de la comunicación se sitúa el foco principal del mensaje:
¿El emisor del texto? Función expresiva
¿La realidad que nos rodea? Función referencial
¿El receptor del texto? Función apelativa
¿El mensaje? Función poética
¿El código? Función metalingüística
¿El canal? Función fática
- Antes de la lectura nos fijamos en la forma.
¿Tiene título? ¿Presenta fórmulas introductorias o de cierre? ¿Viene firmado?
¿Organiza su contenido en párrafos?
¿Resalta información utilizando negrita, cursivas, subrayados o colores?
¿Presenta fotografías, gráficos, dibujos, esquemas, cuadros aclaratorios, información sintetizada… junto al texto?
Podemos hacernos una idea sobre la intención comunicativa con la que el emisor elabora su mensaje.
- Durante la lectura nos fijamos en el contenido.
Jerarquiza la información distinguiendo ideas principales de las secundarias. Un texto bien redactado destinará un párrafo para cada idea principal. Subrayamos palabras clave.
Si hay más de una, fíjate en los conectores, sirven para marcar la transición de las ideas.
La perspectiva (persona gramatical:1ª, 2ª, 3ª) desde la que el emisor transmite el mensaje es muy importante. Si cambia durante el discurso, también habrá una progresión en las ideas, y por lo tanto, habrá que apuntar su cambio.
- Después de la lectura manipulamos la información.
Como resultado de las acciones anteriores tenemos un texto dividido en secuencias. Volvemos a leer el texto, pero esta vez nos detenemos cuando llegamos al fin de cada secuencia.
Sintetizamos cada secuencia en una frase.
Ordenamos las ideas si algunas se pueden agrupar y las jerarquizamos. Podemos seguir este modelo:
1-Idea principal
1.1 Idea secundaria
1.2 Idea secundaria
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de la comprensión del texto es saber distinguir la intención comunicativa que lo preside. Al principio de la lectura hemos adelantado una interpretación que hay que verificar ahora.
A la hora de identificarla es necesario saber sobre cuál de estos elementos de la comunicación se sitúa el foco principal del mensaje:
¿El emisor del texto? Función expresiva
¿La realidad que nos rodea? Función referencial
¿El receptor del texto? Función apelativa
¿El mensaje? Función poética
¿El código? Función metalingüística
¿El canal? Función fática